Perder peso durmiendo, ¿es posible?

No sólo es posible, sino que está demostrado científicamente que dormir menos  de 6 horas impacta severamente en nuestro organismo, y de manera especial en los procesos que regulan el control del peso, haciendo que nuestros esfuerzos para controlar o perder peso se desvanezcan.
Según un estudio de la doctora Julie D. Shlisky  y otros investigadores de la Universidad de Pennsylavania State, publicado en la Revista de la Academia Americana de Nutricion y Dietetica (Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics) existe una relación inversa entre horas de sueño y obesidad. A más horas de sueño, menos obesidad.
La doctora y su equipo señalan, a través del análisis de la literatura científica, que tener un sueño reducido (menor de 6 horas) podría incrementar la producción de grelina (también llamada hormona del apetito) y reducir la producción de leptina (que regula la saciedad) influenciando los procesos de consumo y gasto energético, que impactan de manera importante en el control del peso.
Asimismo, este desequilibrio hormonal influye en el tipo de alimento que seleccionamos, incluso en procesos de dieta.
Básicamente, lo que el estudio viene a decir es que durmiendo poco (menos de 6 horas) lo más normal desde un punto de vista fisiológico es despertarse con hambre y con sensación de vacío, independientemente de lo comido y esta sensación de hambre y vacío hace que nos sobrealimentemos sin necesidad, con alimentos poco sanos.
Viéndolo desde el lado contrario, cuando dormimos las horas que tenemos que dormir, nos levantamos sin necesidad de comer de más y con una sensación de saciedad.
Por lo tanto, podemos afirmar a la luz de estos datos que dormir adecuadamente (en calidad y cantidad) nos permite controlar mucho mejor nuestro peso, manteniéndolo o perdiéndolo si es nuestro propósito. 
Por ello, es importante garantizar la calidad y cantidad del sueño. Algunas estrategias que nos pueden ayudar a ello son las siguientes:
  1. Evitar el ejercicio exigente, pues disminuye la capacidad de caer dormido; sin embargo, la meditación o ejercicio como el yoga puede ayudar a relajarnos.
  2. Comer moderadamente, evitando cenas copiosas con digestión pesada. 
  3. No consumir cafeína o alcohol; es obvio que los estimulantes como el café, té o bebidas con cafeína no deben ser tomadas entre 4-6 horas antes de dormir. El consumo de alcohol, que tiene un cierto efecto adormilante a corto plazo, puede despertarte a media noche.
  4. Apagar la televisión, ordenador o móvil, evitando distracciones que nos impidan conciliar el sueño.
  5. Leer un libro, pues se ha descubierto que unos minutos de lectura antes de dormir ayudan a enlentecer las ondas cerebrales, haciendo que caer redondo sea más fácil.
  6. Escuchar música relajante, que ayuda a calmar nuestros pensamientos, desestresarnos y cerrar el día de manera armoniosa.

¿Duermes lo que deberías?
¿Cúales son tus estrategias para dormir mejor?, ¿te animas a compartirlas con nosotros?

Contagiate de Salud, blog sobre salud, bienestar y coaching de salud